dimarts, 21 d’abril del 2020

Perdida en el sueño

En la soledad de nuestros sueños
no hay control,
ni cadenas ni prisiones
para retener esos monstruos
que acechan sin descanso
nuestras aturdidas mentes.
Se inhala terror, miedo, desesperación...
No hay escondite que valga,
ni disfraz suficientemente impermeable,
para evitar que los horrores más nauseabundos
se claven como inyecciones letales en el cerebro desquiciado en esta noche de mayo.
Caer,
correr,
volar sin alas....
Ver como los huesos escapan de la pálida piel,
como los dedos hacen raíces en medio de un rio de lava,
y sentir como atormentan tu alma en un garaje helado y tétrico.
A veces no se logra hallar la paz ni cuando te ofrecen un sorbo de libertad.


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