El libro de sueños...pero nunca sueños prohibidos

Criatura nacida entre simples hojas de papel,

ramificandose en las librerias cubiertas por las historias del ayer,

llena de sueños,

llena de luz,

aunque no siempre esa luz logro cubrir al mundo.

Paseare por los pasillos de mi mente en busca del libro que empece a escribir en las noches mas oscuras,

revisare las palabras de un sueño que nació en las lejanias del peor de los tormentos,

arrancare el dolor de las corrientes de tinta que surcan mis miradas,

para proyectar en el suelo un gran sol que pinte sonrisas donde antes habian espadas.

Mis pasos no siempre seran firmes en las noches sin luz,

y puede que mis palabras se silencien bajo el llanto amortiguado de mi mirada perdida,

pero seguire escribiendo, plasmando deseos escondidos al mayor entendimiento,

puesto que la poesia es sueño,

el sueño es fantasia,

y la fantasia, al fin y al cabo, el movimiento sublime que embellece la pluma.

 

Simplemente porque a veces nuestros pensamientos y las acciones de estos, quedan ocultos en la oscuridad de las palabras y de los impulsos decadentes de la mano humana. Solo por ello, por esos silencios grotescos y rodeados por la fria piedra, merece el ser humano contar estrellas fugaces en todas las noches del año, puesto que en esa fugacidad van sus sueños envueltos en ceniza.

Las palabras únicamente son palabras.

Sin palabras, en silencio, escuchando los sonidos de la noche
frio, oscuridad, soledad...
El sonido de la música invadiendo la estancia y...
recuerdos, recuerdos del ayer que golpean la cabeza...
y palabras, palabras que van perdiendo el sentido que un día tuvieron
y más soledad, vacío, oscuridad, miedo,
miedo a no afrontar la realidad, mi realidad,
miedo a decepcionar, miedo a ser como se es, miedo a uno mismo.
Y silencio, de nuevo silencio,
que sobrecogedor es el silencio cuando no se busca...
... cuando lo que se busca es un abrazo...
¿Cuanto tiempo hace que no recibes un abrazo?
uno de esos de verdad,
esos que transmiten calor, esos que se dan con cariño...
Cariño, cariño del que no hablan las palabras,
del que solo se puede demostrar
porque las palabras cariñosas son solamente eso, palabras.

Transportando sentimientos

Huyamos juntos de las transitadas praderas,
de las calles de asfalto con calor en los pies,
de los gritos insistentes de las barras ahumadas,
de las miradas inquietas del vecino mientras bebe en su terraza el café.

Dejemos atrás palabras absurdas que tiñen los labios de agrio sabor,
aprendamos de gestos y de roces miedosos que enseñen a los ojos a hablar sin rencor.

Enredémonos en un lazo de ardientes latidos, donde los labios se unan para escuchar el compas,
de dos corazones unidos al tiempo, en que sus almas salen a bailar.

Dejemos en tierra el dolor de unos cuerpos,
sintamos el cuerpo flotar en el mar,
que sirenas y alas creen nuestro barco
y que el amor pase a la eternidad.