Grises cielos cambiantes de tonalidades enfurecidas,
cataclismos de un fin del mundo que termina convirtiendose en soleados parajes.
Vientos endemoniados que hasta las piedras deseais levantar de sus tumbas,
remolinos que en sangrienta batalla lograis poner notas melodramaticas en un paseo de armoniosas palabras.
Volad pensamientos,
igual que vuelan esas hojas cubiertas de pentagramas,
esos latidos de un musico obsesionado en la sinfonia perfecta que logre encumbrar su obra.
Cuervos transeuntes que se convierten en el mas fiel miron,
anotando bajo sus alas azabaches las lagrimas derramadas por esa musa que ya no aporta inspiracion.
Sueños de bailarina desgastados,
asi como lo estan su tutu y sus zapatillas de balet.
Pintura aguada en la pileta de una tetrica habitacion de un almacen,
esperando que su pintor encuentre aun la musa que antaño le hizo crecer.
Un sofa cubierto de lagrimas y temor, de almohada y manta añil, de deseos que no se terminan de cumplir, quiza por el miedo que se tiene al desconocer lo que fuera esta por venir.
Oscuridad si mas no en mil vidas entrelazadas,
luminosidad si cabe si se encajan las piezas al reves.
Un vaso de agua no es mas que eso, un vaso transparente, no vale la pena ahogarse en el.
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